martes, 14 de mayo de 2013

Razones para odiar a mi entrenador personal

Ya sabéis que mis amigas siempre me llevan por el mal camino, y esta vez no podía ser distinta. 
Yo vivía feliz sin mover un dedo desde que nació mi hijo, acumulando kilos y experiencia.
Tenía el trabajo repartidito; el niño la lavadora, el padre el lavavajillas, la abuela la plancha... yo jefa y señora coordinando su trabajo. Hasta que una amiga hizo "un gran descubrimiento". Enfrente de la oficina nos abrían un pequeño gimnasio. Fueron tres a verlo y volvieron encantadas, - está fenomenal - me decían, - tendremos un entrenador personal solo para nosotras 4, - elegimos días y horarios que somos de las primeras, - nos hace un programa a medida para adelgazar... vamos, una propuesta imposible de rechazar.  
Entonces llegó el primer día y allí estaba plantado Julián con su sonrisa más irresistible. Ya me dio mala espina que nos hiciese la ficha mientras caminábamos sin parar en la cinta. Vaya modales. Yo esperaba una charlita relajada, unos cafés, alguna pastita... pues no, - hola chicas, a la cinta. 


A continuación nos preguntó lo que habíamos comido. Nuestros menús eran de los más variados, desde nada, pasando por un yogur caducado, hasta el socorrido sandwich de pavo. No dirá que le engañamos.

Como era el primer día fue discreto y no nos preguntó el peso, pero no tengo esperanzas de que nuestra buena suerte dure mucho más. 

Después de la cinta un circuito, después del circuito la cinta, luego otro circuito y más cinta. Fue la hora mas larga de mi vida, y todo acompañado de sus ánimos y sus sonrisas. 

Lo peor, un aparato con barras, poleas y espejo que nada envidia a los del cuarto de juegos del Sr. Grey (el de las 50 sombras) y que acabó con nuestra ya extinta energía. 


En ese preciso momento empecé a odiar a mi entrenador personal. 
Imposible escaquearse un nanosegundo. Cuando hacías el amago de pararte ahí estaba él, incorruptible. 

La vuelta a casa, tras la promesa de volver dos días después, fue muy dura. Levantarse al día siguiente fue peor. No había músculo que no me doliese. 

El segundo día llegó antes de lo esperado y, aunque parezca mentira, fue infinitamente peor que el primero. Julián nos presentó la elíptica y nos infló a sentadillas. 
Además nos hizo prometer que durante el fin de semana también haríamos 2 horas de ejercicio, dejando muy claro que ir de compras calle arriba calle abajo no entra dentro de esa categoría. ¡¿Cómo se puede ser tan cruel?!

También nos insistió mucho en la importancia de merendar fruta después de nuestras sesiones. Las fresas son muy recomendables, lo que no le pareció tan acertado fue mi sugerencia de acompañarlas de chocolate fundido. ¡Qué quisquilloso!

Sospecho que tiene un plan. Somos su reto y se ha propuesto ponernos en forma para demostrar que es un entrenador excelente, a prueba de vagas redomadas, o quizás pretende hacernos correr una maratón en septiembre, o algo peor, el próximo triatlón, de lo contrario no tiene sentido que nos tome tan en serio. 

Yo era una persona feliz, dormía bien, roncaba a pierna suelta... ahora por las noches tengo pesadillas y hablo en sueños, grito - no Julián, lo prometo, no he tocado los mandos, sigo a velocidad 6 intensidad 5 -, o suplico, - por favor, por favor, déjame bajar de la elíptica.

No obstante, mi naturaleza optimista me hace ver que todo esto ha traído dos cosas buenas. 
1ª. Se me va a poner un tipo estupendo, a lo Maddona, porque si seguimos así me veo tomando esteroides y con músculos hasta en las pestañas. 
2ª. Esto me ha unido más a mi hijo. Ahora entiendo sus miradas suplicantes y sus ruegos después de las clases de gimnasia, - mami desapuntame de multi. 

¿Y quién me desapunta a mi del gimnasio?

Lo que mi entrenador no sabe es que tengo un objetivo. Me he propuesto buscarle tantos clientes como sean necesarios para tenerle agotado, y que cuando nos toque a nosotras la clase no le queden ganas de asegurarse de si he manipulado accidentalmente la velocidad de la cinta mientras él andaba despistado.

¿Qué decís? ¿os apuntáis al gimnasio?







No hay comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...